La creación de sistemas de riego eficientes comporta varios elementos fundamentales. Uno importantísimo es asegurarse de que la presión del agua esté bien regulada en todo el sistema. Con la regulación adecuada, el instalador se asegura de que el agua se aplique con eficiencia. Aplicando la cantidad correcta de agua, se obtiene una vegetación de una salud óptima y no se desperdicia agua durante el proceso. La regulación del agua están cobrando mayor presencia en el mundo y cada vez son más estrictas: ahora la optimización de la presión del agua en los sistemas de riego es más importante que nunca.
Si hay demasiada presión, la eficiencia del agua puede disminuir drásticamente, porque los cabezales lanzan gotas de agua al aire que o se evaporan o se desvían de la zona que hay que regar. Las presiones altas también pueden pasar factura a los componentes de los sistemas y acortar la vida de los productos utilizados. Si la presión es baja, puede verse afectada la distribución del agua y las zonas ajardinadas pueden resecarse y perder el vigor.
Para calibrar correctamente la presión del agua de un sistema, es importante conocer bien su hidráulica, las válvulas (entre ellas, las válvulas antirretorno), las tuberías y los componentes.